No puedo evitar recordar aquel amanecer juntos con el sol reflejándose en tus ojos color miel en los que tantas veces me perdí olvidándome de todo lo que me rodeaba, con el sonido de las olas rompiéndose de fondo dándonos esa tranquilidad única que transmite el mar. Tus manos suaves se deslizaban sobre mi piel estremeciéndome de pies a cabeza, aquella boca pronunciaba mi nombre entre traviesas sonrisas haciéndome perder el control para luego regalarme los más tiernos besos que recibí jamás. Pero la brisa otoñal llegó para invadir nuestros días y dejar atrás el más hermoso de los veranos con el que se fugaron tus ganas de mi.
Y así como alguna vez me dijiste: "no me olvides" ,
hoy espero que vos támpoco lo hagas.
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