10 de septiembre de 2011

La trampa más dulce y mortal..

Hace tiempo tengo ganas de retomar el hábito de escribir pero no lo hago y solo encuentro una respuesta posible ante mi negación ¿Será, acaso, que tengo miedo de lo que pueda plasmar..de confirmar con palabras lo que hace tiempo viene ardiendo en mi interior e ilusamente pretendo evadir? Mi cabeza y mi corazón siempre fueron contrincantes y no fue sino hasta que descubrí en tus ojos aquello que a mí me faltaba que decidieron complementarse y jugar, por primera vez, para el mismo equipo. Era una situación excepcional, nunca antes me había sucedido; mi razón era el ticket de entrada a mi quimérico mundo de sensaciones y, hasta entonces, nadie se había acercado si quiera a poder conquistarla. Era una hazaña imposible, o al menos eso creí..
Mi corazón solo fue abierto una vez y todavía creo no haber recuperado la llave, así como tampoco consigo encontrar la cordura. Desde el preciso instante en que me deje llevar por tus besos ascendiendo sobre mi cintura lo perdí todo..la razón cuando ésta se dejo seducir por tu sonrisa, permitiendo que abrieras el candado que bloqueaba acceso alguno a mi corazón; y el control sobre mí misma cuando al instalarte en él delapidaste los sentimientos más puros que sentí jamás.
Y es probable, entonces, que al encontrarme nuevamente con aquel par de diamantes que me hizo feliz tiempo atrás vuelva a sentirme atada a ellos, hechizada por su brillo incomparable. Siendo esclava, una vez más, de la luz más mágica... pero eso sí, enceguecedora y engañosa como ninguna otra.

Ahora sé que a lo que le temo
no es otra cosa más que a mí misma.

2 comentarios:

Gabriel I. dijo...

El escribir sobre los sentimientos es un arma de doble filo. Tengo decenas de textos en borrador que jamás serán publicados porque sé a ciencia cierta que abrirá viejas heridas que a duras penas sanaron (especialmente en mí, claro). Es el viejo tema de conocer a algun@s de los lectores.

De todas maneras, no pares de dejar fluir los dedos sobre el teclado más allá de que tengas intenciones o no de publicar. Sirve a manera de exorcismo, hasta que se pierde el miedo y se aprende a escribir sobre otras cosas, no sólo lo doloroso. Fijate... saludos y excelente blog!

yacasinosoynadie dijo...

yo tambien soy mi peor enemigo... es bastante desesperante.